PAZPAZPAZPAZ
14.03.13.- Yoani Sánchez, una de las figuras más influyentes de la disidencia interna cubana, llegó la tarde del jueves al aeropuerto internacional JFK de Nueva York en el marco de una de las más importantes escalas de su gira internacional.
Sánchez, de 37 años, fue recibida con muestras de apoyo y solidaridad por amigos, intelectuales y académicos que la esperaron pacientemente a la salida de un vuelo procedente de México.
“Ella es una de las voces fuertes de la oposición y representa una esperanza para muchos cubanos que deseamos la libertad de nuestro pueblo”, comentó el exiliado cubano Rolando Pulido, residente en Nueva York hace tres décadas. “No teme decir la verdad”.
El arribo de Sánchez a Estados Unidos fue ordenado. De hecho varios turistas reconocieron a Yoani y se tomaron fotos con ella en un ambiente distendido y cordial. La situación contrastó diametralmente con lo ocurrido en Brasil y México donde simpatizantes del gobierno cubano organizaron varios actos de repudio.
“Es una gira intensa pero estoy muy feliz de estar aquí”, dijo Sánchez. “He tomado 20 vuelos en las últimas semanas”.
Fiel a su estilo, Sánchez dijo sentirse entusiasmada con la oportunidad de reunirse con diferentes sectores de la opinión pública estadounidense e intercambiar opiniones e ideas sobre la actualidad de la isla. En ese contexto agregó que no pierde las esperanzas de que en Cuba se inicie una verdadera reforma que abra las puertas a una transición democrática.
“Noto una ebullición en la sociedad civil, un aumento de la crítica, de los espacios de polémica ciudadanos”, precisó Sánchez.
Los llamados dentro y fuera de la isla sobre una reforma de verdadero alcance político se han hecho escuchar con más fuerza en los últimos meses.
La necesidad de un cambio viene aparejada con denuncias de periodistas independientes, observadores y activistas de derechos humanos sobre una ola de detenciones temporales masivas.
En la noche, Sánchez acudió a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia para presentarse en una ronda de preguntas y respuestas. Entre otros temas Sánchez describió los problemas que tienen los cubanos para acceder a la internet y la vigilancia de las autoridades sobre los periodistas independientes. También habló de las reformas del gobernante cubano Raúl Castro y la necesidad de cuidar el capital humano con el propósito de asegurar un futuro sostenido y en democracia.
Sobre las redes sociales y el uso de la internet Sánchez subrayó el hecho de que la reacción del gobierno cubano “ha sido aún más agresiva” de lo que se esperaba.
“Me encantaria hacerle 50 preguntas a Raúl Castro. Y puedo anticipar desde ahora que no tendrán respuesta”, dijo Sánchez.
Cuba es uno de 60 países que censuran la comunicación y limitan o acosan constantemente a sus usuarios. El promedio de acceso a la internet de los cubanos es el más bajo del hemisferio occidental.
La conexión individualizada de la red cubana está restringida a las entidades oficiales e instituciones educativas y culturales bajo estricta supervisión.
El acceso a extranjeros y ciudadanos cubanos debe ser autorizado oficialmente después de un exhaustivo escrutinio. Los pagos por el servicio deben abonarse en dólares o moneda convertible.
“Pero como periodista, no me asustan los problemas”, indicó Sánchez frente a una sala llena de estudiantes, académicos y exiliados, entre otros. “Lo mas importante es que el gobierno cubano y el Granma nos están leyendo. Por eso han creado una blogosfera alternativa para respondernos. Nos tienen en cuenta y es un primer paso para la aceptación”, argumentó Sánchez.
En otro momento afirmó que a pesar de que las autoridades han reforzado su política de mano dura para silenciar a las voces disidentes, el gobierno cubano está “perdiendo” espacios que, históricamente, estuvieron siempre bajo su control.
“Somos un pueblo especializado en encontrar lo censurado”, comentó Sánchez. “En mi caso personal fue así con el tema de los viajes. Fue una cruzada periodística y ciudadana. Estuve reportando con documentos sobre lo sufrido”.
La bloguera y fundadora de Generación Y dijo que el desconocimiento de las autoridades de la isla sobre las necesidades que más apremian podrían marcar el inicio de un cambio democrático.
“Por eso el gobierno le tiene pánico a la internet. Es un sistema que no podía soportar la avalancha de información interna y externa”, dijo Sánchez. “Las tecnologías han logrado romper algunas de las barreras y el monopolio del gobierno cubano”.
Sanchez se refirió también a las reformas impuestas para aliviar la crisis. En su opinión dijo que estas han sido resultado del creciente descontento de la población.
“Pienso en todo caso que las llamadas reformas raulistas se han hecho por presión de los de afuera y dentro de Cuba”, dijo Sánchez. “Y sin lugar de dudas se han arrojado luces como el asunto migratorio a lo que estabamos condenados los cubanos”.
En otro momento de su intervención, celebrada con aplausos y muestras de apoyo, Sánchez recomendó al exilio seguir ayudando a los cubanos de la isla, entre otras cosas, con tecnología.
“El exilio está ayudando mucho pero puede ayudar más”, dijo Sánchez. “Envíen memorias flash, teléfonos móviles, lo que puedan”.
Sobre el final de su participación, un par de personas en la audiencia se levantaron para increparla y una de ellas afirmó que Yoani Sánchez no representa al “periodismo libre”.
Poco antes de embarcarse a Estados Unidos, Sánchez recordó que hay países que están mirando hacia otro lado porque creen que “Cuba se está reformando”.
Esta es la primera visita de Sánchez a Estados Unidos y la quinta escala de un calendario de viajes que incluye un recorrido por varios países de América Latina y Europa.
La próxima semana Sánchez se trasladará hacia Washington D.C. para una comparecencia en el Capitolio, entre otras actividades. También se pudo confirmar que el próximo miércoles hará una presentación en la Universidad Georgetown.
Antes de llegar a Estados Unidos, Sánchez mostró a través de un mensaje enviado por Twitter su aprecio por México, la parada previa de su gira por Estados Unidos.
"#Mexico me "robó" el corazón, confieso que tuve ganas de no tomar este avión y de quedarme más tiempo allí ;-)", escribió en @yoanisanchez. Por Juan Carlos Chavez
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE BORIS
Sánchez, de 37 años, fue recibida con muestras de apoyo y solidaridad por amigos, intelectuales y académicos que la esperaron pacientemente a la salida de un vuelo procedente de México.
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