PAZPAZPAZ
LA HABANA 21.06.13.- Aunque ni de lejos se puede decir que son amigos, Cuba y Estados Unidos han realizado pequeños gestos en semanas recientes que algunos interpretaron como señal de un incipiente acercamiento.
Los escépticos advierten que esto ha ocurrido antes: se vislumbra un conato de reconciliación que luego se ve frustrado, pero hay indicios de que las posiciones están cambiando a ambos lados del Estrecho de la Florida.
En la semana pasada, los dos países sostuvieron conversaciones sobre la reanudación del servicio postal directo, y anunciaron que el 17 de julio sostendrán un encuentro para hablar de temas de inmigración. En mayo, una jueza federal estadounidense permitió que un agente cubano, convicto en Estados Unidos, regrese a la isla.
Este mes, Cuba le informó a la familia de Alan Gross, el estadounidense encarcelado en Cuba, que autorizará que un médico estadounidense lo examine, aunque eso no ha ocurrido aún. El presidente Raúl Castro además promovió una serie de cambios sociales y económicos, incluyendo la flexibilización de las normas para permitir que los cubanos salgan del país.
Tras bambalinas, diplomáticos de ambos países revelan que el tono del diálogo ha cambiado drásticamente.
Solamente el año pasado, la televisión estatal cubana transmitió imágenes borrosas de diplomáticos estadounidenses reuniéndose con disidentes en calles de La Habana, y les acusó de estar vinculados a la CIA. Actualmente, representantes estadounidenses en La Habana y funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores tienen contactos frecuentes e incluso se intercambian sus números de teléfono particulares.
Josefina Vidal, la diplomática cubana a cargo de relaciones con Estados Unidos, recientemente viajó a Washington y dos veces se reunió con funcionarios del Departamento de Estado, algo que ocurrió poco antes de anuncio de que se reanudarían los dos canales de conversaciones bilaterales que habían quedado suspendidos por más de dos años.
Washington además otorgó visas a funcionarios cubanos prominentes, incluyendo a la hija del presidente.
“Estas medidas recientes indican un deseo de ambas partes de progresar, pero también un reconocimiento de ambas partes de lo difícil que es ese progreso”, declaró Robert Pastor, profesor de relaciones internacionales en la American University y asesor en asuntos de seguridad nacional bajo el gobierno de Carter. “Son pasos muy pequeños y las posibilidades de retroceder son igualmente altas”.
Entre las cosas que han cambiado está que ahora el secretario de Estado es John Kerry, quien como senador criticó duramente la política de Washington hacia Cuba. Además el presidente Barack Obama ya no puede postularse a la reelección, así que no necesita complacer al voto cubano-estadounidense, una comunidad que de por sí, internamente, está suavizando su posición hacia Cuba.
Castro, por su parte, está tratando de reformar la economía marxista de Cuba con una dosis limitada de medidas de libre mercado, y probablemente sienta la necesidad de mejorar las relaciones con Estados Unidos. Aunque la inversión directa estadounidense en Cuba sigue estando prohibida, aumentaron las visitas y las transferencias de dinero de parte de cubano-estadounidenses desde que Obama ordenó aflojar las restricciones, y ello impulsó la economía cubana.
De manera discreta, muchos cubano-estadounidenses están ayudando a sus familiares en la isla a empezar negocios y remodelar sus viviendas gracias a las limitadas reformas de libre mercado.
Varios prominentes disidentes cubanos pudieron viajar gracias a las reformas impulsadas por Castro. Los viajes fueron aplaudidos por Washington, y posiblemente hayan aliviado los temores del gobierno de Cuba sobre los disidentes.
Asimismo, la decisión de una jueza federal estadounidense de permitir al espía cubano René González regresar a su país encontró escasa crítica dentro de Estados Unidos, quizás animando a diplomáticos estadounidenses a buscar más acercamientos con La Habana.
Sin embargo, persisten duras discrepancias entre los dos países, que fueron acérrimos adversarios durante la Guerra Fría.
El Departamento de Estado mantuvo a Cuba en una lista de países patrocinadores del terrorismo, y en otra de países que se considera no ayudan en la lucha internacional contra el tráfico de personas. El gobierno estadounidense continúa exigiendo reformas democráticas en la isla, que desde 1959 ha sido gobernada por los hermanos Castro.
Por su parte, Cuba sigue denunciando fuertemente el embargo económico impuesto a la isla desde hace 51 años.
Y está el caso de Gross, un estadounidense de 64 años de edad que fue arrestado en el 2009 y cumple una sentencia de cárcel de 15 años por traer equipos de telecomunicaciones a Cuba ilegalmente.
El impasse sobre Gross frustró otros intentos de reconciliación en el pasado y podría abortarlos nuevamente, dicen en privado fuentes estadounidenses. Cuba sugirió que podría intercambiar a Gross por cuatro agentes cubanos que cumplen largas sentencias de cárcel en Estados Unidos, lo cual Washington se niega a considerar.
Ted Henken, profesor de estudios latinoamericanos del Baruch College de Nueva York, quien recientemente ayudó a organizar la gira estadounidense de la bloguera disidente cubana Yoani Sánchez, sostuvo que el gobierno estadounidense está demasiado preocupado por la posibilidad de molestar a la comunidad cubano-estadounidense y perdió oportunidades de dialogar con Cuba.
“Creo que tendrían que ocurrir muchas otras cosas para que el impulso actual lleve a un real avance diplomático”, opinó. “Obama debe ser más audaz y emprendedor”.
Aun estas medidas incipientes provocaron fuertes críticas de parte de figuras que desde siempre se opusieron a un diálogo entre La Habana y Washington. El congresista cubano-estadounidense Mario Díaz Balart, republicano por Florida, calificó de “preocupantes” las gestiones recientes.
“En vez de legitimar a los opresores del pueblo cubano, el gobierno debería estar exigiendo que el régimen deje de dar albergue a prófugos de la justicia estadounidense, que libere a todos los presos políticos y al humanitario estadounidense Alan Gross, que ponga fin a la represión brutal del pueblo cubano y que respete los derechos humanos”, declaró.
Otro político cubano-estadounidense de Florida, la representante Ileana Ros-Lehtinen, criticó a Obama por buscar “un diálogo con la dictadura”.
A pesar de esa retórica, muchos expertos opinan que Obama sufrirá menos repercusiones políticas internas en caso de buscar un diálogo con Cuba, ya que la nueva generación de cubano-estadounidenses parece estar más abierta a mejorar las relaciones que los que salieron de Cuba justo después de la revolución.
De 10 cubano-estadounidenses entrevistados en el restaurante Versailles de Miami, célebre por ser el sitio de encuentro de esa comunidad exiliada, sólo dos se manifestaron en contra de que haya un diálogo sobre migración. Muchos de ellos expresaron esperanzas de un mayor acercamiento.
José González, de 55 años y supervisor de una empresa naviera, nacido en Cuba y quien vino a estados Unidos a los 12 años de edad, dijo que hoy en día está a favor de que se levante el embargo y que se reanuden las relaciones diplomáticas.
“Antes había una razón para que eso existiera, pero ya no existe”, comentó González.
Santiago Portal, un ingeniero de 65 años nacido en Cuba que vino a Estados Unidos hace 45 años, aseguró que debería haber más acercamiento.
“Mientras más haya intercambio, de todo tipo, más Cuba estará cerca de la democracia”, dijo Portal.
Las opiniones se ajustan a un sondeo realizado en el 2011 por la Universidad Internacional de Florida de 648 cubano-estadounidenses elegidos al azar en el condado Miami-Dade, según el cual el 58% favorece restablecer relaciones diplomáticas con Cuba. Ese es un aumento considerable comparado con 1993, cuando una encuesta dijo que el 80% rechazaba relaciones diplomáticas o comerciales con Cuba.
“En general, hay una actitud abierta, a favor de restablecer relaciones diplomáticas”, comentó Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones sobre Cuba de la Universidad Internacional de Florida. “Quizás no hay suficiente apoyo para levantar el embargo… pero hay cada vez más apoyo a llegar a algún tipo de entendimiento con el gobierno cubano”.
Paul Haven, Twitter: http://www.twitter.com/paulhaven, Los corresponsales de la AP Christine Armario en Miami y Matthew Lee en Washington contribuyeron con este reportaje.
Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2013/06/21/v-fullstory/1505928/incipiente-acercamiento-eeuu-cuba.html#storylink=cpy
La opinion de los autores no coincide necesariamente con la de Boris.
http://boris1cuba1moscu1.blogspot.ru/2013/03/cuba-con-pleno-respeto-y-en-contexto.html
Los esperamos en Somos+:
https://www.facebook.com/pages/Somos-/276849069115809?fref=ts, VIDEO-PRESENTACION DEL MOVIMIENTO SOMOS+>>http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=q1nesCoz6Ao con Angel Santiesteban-Prats, Estado de Sats, Chicho Ramos, Tomas Blanco, Orlando Luis Pardo Lazo, Roberto Morales, Casa Cuba, Ojec Cuba, Cary Abadie, Carlos Carralero, Eliecer Avila Cicilia y todos nosotros
Ted Henken, profesor de estudios latinoamericanos del Baruch College de Nueva York.
LA HABANA 21.06.13.- Aunque ni de lejos se puede decir que son amigos, Cuba y Estados Unidos han realizado pequeños gestos en semanas recientes que algunos interpretaron como señal de un incipiente acercamiento.
Los escépticos advierten que esto ha ocurrido antes: se vislumbra un conato de reconciliación que luego se ve frustrado, pero hay indicios de que las posiciones están cambiando a ambos lados del Estrecho de la Florida.
En la semana pasada, los dos países sostuvieron conversaciones sobre la reanudación del servicio postal directo, y anunciaron que el 17 de julio sostendrán un encuentro para hablar de temas de inmigración. En mayo, una jueza federal estadounidense permitió que un agente cubano, convicto en Estados Unidos, regrese a la isla.
Este mes, Cuba le informó a la familia de Alan Gross, el estadounidense encarcelado en Cuba, que autorizará que un médico estadounidense lo examine, aunque eso no ha ocurrido aún. El presidente Raúl Castro además promovió una serie de cambios sociales y económicos, incluyendo la flexibilización de las normas para permitir que los cubanos salgan del país.
Tras bambalinas, diplomáticos de ambos países revelan que el tono del diálogo ha cambiado drásticamente.
Solamente el año pasado, la televisión estatal cubana transmitió imágenes borrosas de diplomáticos estadounidenses reuniéndose con disidentes en calles de La Habana, y les acusó de estar vinculados a la CIA. Actualmente, representantes estadounidenses en La Habana y funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores tienen contactos frecuentes e incluso se intercambian sus números de teléfono particulares.
Josefina Vidal, la diplomática cubana a cargo de relaciones con Estados Unidos, recientemente viajó a Washington y dos veces se reunió con funcionarios del Departamento de Estado, algo que ocurrió poco antes de anuncio de que se reanudarían los dos canales de conversaciones bilaterales que habían quedado suspendidos por más de dos años.
Washington además otorgó visas a funcionarios cubanos prominentes, incluyendo a la hija del presidente.
“Estas medidas recientes indican un deseo de ambas partes de progresar, pero también un reconocimiento de ambas partes de lo difícil que es ese progreso”, declaró Robert Pastor, profesor de relaciones internacionales en la American University y asesor en asuntos de seguridad nacional bajo el gobierno de Carter. “Son pasos muy pequeños y las posibilidades de retroceder son igualmente altas”.
Entre las cosas que han cambiado está que ahora el secretario de Estado es John Kerry, quien como senador criticó duramente la política de Washington hacia Cuba. Además el presidente Barack Obama ya no puede postularse a la reelección, así que no necesita complacer al voto cubano-estadounidense, una comunidad que de por sí, internamente, está suavizando su posición hacia Cuba.
Castro, por su parte, está tratando de reformar la economía marxista de Cuba con una dosis limitada de medidas de libre mercado, y probablemente sienta la necesidad de mejorar las relaciones con Estados Unidos. Aunque la inversión directa estadounidense en Cuba sigue estando prohibida, aumentaron las visitas y las transferencias de dinero de parte de cubano-estadounidenses desde que Obama ordenó aflojar las restricciones, y ello impulsó la economía cubana.
De manera discreta, muchos cubano-estadounidenses están ayudando a sus familiares en la isla a empezar negocios y remodelar sus viviendas gracias a las limitadas reformas de libre mercado.
Varios prominentes disidentes cubanos pudieron viajar gracias a las reformas impulsadas por Castro. Los viajes fueron aplaudidos por Washington, y posiblemente hayan aliviado los temores del gobierno de Cuba sobre los disidentes.
Asimismo, la decisión de una jueza federal estadounidense de permitir al espía cubano René González regresar a su país encontró escasa crítica dentro de Estados Unidos, quizás animando a diplomáticos estadounidenses a buscar más acercamientos con La Habana.
Sin embargo, persisten duras discrepancias entre los dos países, que fueron acérrimos adversarios durante la Guerra Fría.
El Departamento de Estado mantuvo a Cuba en una lista de países patrocinadores del terrorismo, y en otra de países que se considera no ayudan en la lucha internacional contra el tráfico de personas. El gobierno estadounidense continúa exigiendo reformas democráticas en la isla, que desde 1959 ha sido gobernada por los hermanos Castro.
Por su parte, Cuba sigue denunciando fuertemente el embargo económico impuesto a la isla desde hace 51 años.
Y está el caso de Gross, un estadounidense de 64 años de edad que fue arrestado en el 2009 y cumple una sentencia de cárcel de 15 años por traer equipos de telecomunicaciones a Cuba ilegalmente.
El impasse sobre Gross frustró otros intentos de reconciliación en el pasado y podría abortarlos nuevamente, dicen en privado fuentes estadounidenses. Cuba sugirió que podría intercambiar a Gross por cuatro agentes cubanos que cumplen largas sentencias de cárcel en Estados Unidos, lo cual Washington se niega a considerar.
Ted Henken, profesor de estudios latinoamericanos del Baruch College de Nueva York, quien recientemente ayudó a organizar la gira estadounidense de la bloguera disidente cubana Yoani Sánchez, sostuvo que el gobierno estadounidense está demasiado preocupado por la posibilidad de molestar a la comunidad cubano-estadounidense y perdió oportunidades de dialogar con Cuba.
“Creo que tendrían que ocurrir muchas otras cosas para que el impulso actual lleve a un real avance diplomático”, opinó. “Obama debe ser más audaz y emprendedor”.
Aun estas medidas incipientes provocaron fuertes críticas de parte de figuras que desde siempre se opusieron a un diálogo entre La Habana y Washington. El congresista cubano-estadounidense Mario Díaz Balart, republicano por Florida, calificó de “preocupantes” las gestiones recientes.
“En vez de legitimar a los opresores del pueblo cubano, el gobierno debería estar exigiendo que el régimen deje de dar albergue a prófugos de la justicia estadounidense, que libere a todos los presos políticos y al humanitario estadounidense Alan Gross, que ponga fin a la represión brutal del pueblo cubano y que respete los derechos humanos”, declaró.
Otro político cubano-estadounidense de Florida, la representante Ileana Ros-Lehtinen, criticó a Obama por buscar “un diálogo con la dictadura”.
A pesar de esa retórica, muchos expertos opinan que Obama sufrirá menos repercusiones políticas internas en caso de buscar un diálogo con Cuba, ya que la nueva generación de cubano-estadounidenses parece estar más abierta a mejorar las relaciones que los que salieron de Cuba justo después de la revolución.
De 10 cubano-estadounidenses entrevistados en el restaurante Versailles de Miami, célebre por ser el sitio de encuentro de esa comunidad exiliada, sólo dos se manifestaron en contra de que haya un diálogo sobre migración. Muchos de ellos expresaron esperanzas de un mayor acercamiento.
José González, de 55 años y supervisor de una empresa naviera, nacido en Cuba y quien vino a estados Unidos a los 12 años de edad, dijo que hoy en día está a favor de que se levante el embargo y que se reanuden las relaciones diplomáticas.
“Antes había una razón para que eso existiera, pero ya no existe”, comentó González.
Santiago Portal, un ingeniero de 65 años nacido en Cuba que vino a Estados Unidos hace 45 años, aseguró que debería haber más acercamiento.
“Mientras más haya intercambio, de todo tipo, más Cuba estará cerca de la democracia”, dijo Portal.
Las opiniones se ajustan a un sondeo realizado en el 2011 por la Universidad Internacional de Florida de 648 cubano-estadounidenses elegidos al azar en el condado Miami-Dade, según el cual el 58% favorece restablecer relaciones diplomáticas con Cuba. Ese es un aumento considerable comparado con 1993, cuando una encuesta dijo que el 80% rechazaba relaciones diplomáticas o comerciales con Cuba.
“En general, hay una actitud abierta, a favor de restablecer relaciones diplomáticas”, comentó Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones sobre Cuba de la Universidad Internacional de Florida. “Quizás no hay suficiente apoyo para levantar el embargo… pero hay cada vez más apoyo a llegar a algún tipo de entendimiento con el gobierno cubano”.
Paul Haven, Twitter: http://www.twitter.com/paulhaven, Los corresponsales de la AP Christine Armario en Miami y Matthew Lee en Washington contribuyeron con este reportaje.
Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2013/06/21/v-fullstory/1505928/incipiente-acercamiento-eeuu-cuba.html#storylink=cpy
La opinion de los autores no coincide necesariamente con la de Boris.
http://boris1cuba1moscu1.blogspot.ru/2013/03/cuba-con-pleno-respeto-y-en-contexto.html
Los esperamos en Somos+:
https://www.facebook.com/pages/Somos-/276849069115809?fref=ts, VIDEO-PRESENTACION DEL MOVIMIENTO SOMOS+>>http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=q1nesCoz6Ao con Angel Santiesteban-Prats, Estado de Sats, Chicho Ramos, Tomas Blanco, Orlando Luis Pardo Lazo, Roberto Morales, Casa Cuba, Ojec Cuba, Cary Abadie, Carlos Carralero, Eliecer Avila Cicilia y todos nosotros
Ted Henken, profesor de estudios latinoamericanos del Baruch College de Nueva York.
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